RAIGAMBRE

Revista Cultural Hispánica

viernes, 1 de noviembre de 2013

LEJOS DEL CORRINCHO





RUSIA: ÉGIDA DE LA CRISTIANDAD PERSEGUIDA... Y ROMA:
URGENCIAS ARGENTINAS

Por Manuel Fernández Espinosa

Esta semana Forbes publicaba a los cuatro vientos que Vladimir Putin era la personalidad más influyente de todo el mundo. Obama pasaba al segundo puesto en la escala. El tercero lo ocupaba el presidente de China, Xi Jinping, y el Papa Francisco quedaba en cuarto lugar. La noticia, más allá de lo anecdótico, merece una glosa.

Donde Forbes pone nombres propios pongamos nosotros las entidades político-sociales-culturales que representan cada uno de los cuatro grandes hombres. ¿Y qué tenemos? Los Estados Unidos de Norteamérica declinan. Aunque todavía no está todo dicho en Siria, la tensión y el ten con ten que, a cuenta del asunto sirio, ha sostenido USA con Rusia ha servido para que Rusia salga fortalecida ante la opinión pública mundial y, todavía más, su prestigio es a día de hoy incuestionable en todos los órdenes: en Europa (y en el resto del mundo) se observa el devenir actual de Rusia. Rusia es censurada por los medios de comunicación del decadente occidente: la oposición de Rusia a la implantación de las más variadas aberraciones que en occidente se patrocinan, protegen y fomentan, causa el escándalo de nuestros anormales, a la vez que sirve para júbilo de todos aquellos que, al margen de nuestras posiciones políticas o ideológicas, celebramos que en una nación prevalezca el imperio de la sensatez, desacreditada en el mundo entero. En Rusia se actúa con mano firme: los transgresores de las costumbres van a la cárcel, y los rusos no ceden al chantaje del lobi homosexual mundial. El Nuevo Orden Mundial que se las prometía tan felices está mohíno desde que el oso ruso le ha enseñado las zarpas.
 
Pero si USA se apaga, el Nuevo Orden Mundial tiene a China. Eso explicaría que de unos meses a esta parte los Rothschild estén desplazando reservas de oro hacia China. China lleva años saliendo de sí misma, expansionándose comercialmente por todo el mundo, pero además de producir réplicas de los artículos más diversos, tantas como para inundarnos, ¿qué puede aportarnos China? Ninguna cultura. Así las cosas, con USA desfalleciendo, las dos grandes potencias que se perfilan para el futuro serán China y Rusia.
 
Aunque Rusia es percibida todavía como una enigmática Extremadura de Europa, confinante con la impenetrable Asia, Rusia forma parte, de alguna manera, de la civilización europea. Lo que no es el caso de China. Y el componente cristiano es el que hace que Rusia sea espiritualmente Europa. Los hediondos gabinetes del Nuevo Orden Mundial, en su enconada hostilidad por todo lo cristiano, pactarán (si no es que han pactado ya) con China, antes que con una Rusia orgullosa de llamarse Tercera Roma y Santa Rusia, celosa defensora de su acervo cristiano.
 
Si USA, decíamos, está declinando, ¿qué decir de Europa? Europa está corrompida. Espiritualmente aquí no queda en pie nada más que la influencia de un Papa que, además, ni es europeo. Pero el Papa Francisco no se entera o no parece enterarse de que Roma, amén de ser un poder espiritual, es un poder terrenal. Que el Papa Francisco defendiera la laicidad del Estado ha servido para que un personaje tan siniestro como Rubalcaba haga un chiste (un chiste malo, ni que decir tiene), pero no ha hecho más influyente al Papa. Uno no sabe a ciencia cierta a qué juegan los hombres de la Iglesia actual, pero hay que ver el empeño que cierto sector del clero (por desgracia no es minoritario) pone en perder su influencia social. Si en lo que llamamos occidente (América y Europa) nos olvidamos de que la mayor parte de nuestras conquistas políticas y culturales se las debemos al cristianismo, el enemigo (Satanás y su cuerpo místico) no va a recordárselo a nadie. Renunciar al derecho que Dios tiene sobre el mundo que es creación suya y redimido por Cristo. Renunciar a los derechos históricos de la Cristiandad en las naciones, en virtud de esa estúpida conformidad con el espíritu inmundo moderno, es una flagrante boludez, querido Papa Francisco. Y si no servimos para Papa, pues nos vamos a una ermita a rezar y sanseacabó. Pero el mundo no está para que el Papa le ceda al Estado laico todas las ventajas para descristianizar las  naciones.  Va siendo hora de dejar de decir frases ingeniosas, llega el momento de renunciar a fotografiarnos simpaticonamente. Si el Papa Francisco no tiene en la agenda una reunión con Vladimir Putin, va siendo la hora de concertar la cita. Se lo agradecerán de corazón los cristianos que en tantas partes del mundo están sufriendo la persecución cruenta. Tanto se lo agradecerán como los cristianos sirios agradecen a Vladimir Putin haberles ofrecido su protectorado.
 
 
LEJOS DEL CORRINCHO es el título de los artículos de opinión de Manuel Fernández Espinosa.

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