RAIGAMBRE

Revista Cultural Hispánica

viernes, 26 de diciembre de 2014

NAVIDAD SIN NAVIDAD

 
Por David Guerrero González
Es algo muy repetido, pero no por ello menos cierto, que vivimos en una sociedad entregada en cuerpo y alma al consumismo y al hedonismo. Una prueba fehaciente de ello es como la Navidad ha sido desprovista de su verdadero sentido, para ser convertida en algo así como el mayor exponente del descontrol juerguista y consumista, todo aliñado, eso sí, con frasecillas sentimentaloides,  que desprovistas de toda espiritualidad, mueven a un falso buenismo que desaparece, cual pompa de jabón, en apenas unas horas.
No hace falta ser muy avispado para percatarse de lo anteriormente expuesto. Sólo basta mirar a nuestro alrededor, incluso en círculos de amistades que se autodenominan cristianos, para comprobar que el desastre es mayúsculo, y si osamos llamar la atención lo más mínimo seremos pronto llamados intransigentes y, por si cabe mayor barbaridad, seremos acusados de no vivir el espíritu navideño. Como decimos por mi tierra… “Pa reventá…”
El colmo del despropósito es comprobar que personas que presumen de ateísmo celebran la navidad con todo entusiasmo y sin ningún complejo, y es que si a esta fiesta se la descompone y se la desnuda de su sentido religioso, pues todos se sienten con “derecho” a celebrarla con fiestas orgiásticas y excesos de todo tipo.
¿Cómo se lucha contra todo esto? Pues viviendo estos días con la íntima alegría que derrama el Belén, con un sentido austero de la alegría y dando testimonio de Aquél que, siendo ejemplo de Santa Humildad, quiso compartir nuestros sufrimientos haciéndose niño en un pobre establo, pero eso sí, acariciado del amor de la Virgen María y su castísimo esposo San José. Aprendamos de ellos a permanecer como familia ante los envites de un tiempo y una sociedad que han perdido el norte.

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