RAIGAMBRE

Revista Cultural Hispánica

viernes, 16 de octubre de 2015

SEMBANZA DE VALLE-INCLÁN (II)

Valle-Inclán en Chile (1910). Imagen de es.wikipedia.org

Por Antonio Moreno Ruiz
Historiador y escritor




No tenemos constancia de que Valle-Inclán haya tenido mucho contacto con la Acción Francesa de Charles Maurras, pero lo cierto es que esta escuela política francesa influyó en España más de lo que se piensa. Y no sólo en España: Antes de la irrupción del fascismo y adláteres, hasta Rumanía habían llegado sus ecos. El pensamiento maurrasiano, tradicionalista, también encarnaba los ideales jerárquicos, latinistas/clásicos, monárquicos, cristianos; y se replanteaba la constitución histórica francesa frente al cada vez más asfixiante centralismo; así como fue pionero en contactar y dialogar con los sindicalistas; siendo que en Francia se formó algún sindicato legitimista que el rey D. Jaime conocería muy de cerca. También trabajaría el carlismo en esta dirección.

Con todo, hay quien le achaca a Maurras contaminación del positivismo, y como buena parte de su vida fue agnóstico, al final tuvo hasta que soportar la condena del Vaticano. Y si bien es cierto que no faltan razones en cuanto a la contaminación positivista, la verdad es que las desviaciones de Maurras eran inocentes en comparación a la infame y manipuladora democracia cristiana (4) apoyada por muchos obispos, poniendo la religión católica al servicio del interés politiquero liberal o progre, si hace falta. (5)

Y hablando de desviaciones, Valle-Inclán las tuvo, y muchas veces por intereses personales.

Lo que negamos de plano es que Valle fuera un bolchevique convencido, y mucho menos, un “libertario” o anarquista, tal y como pretendería el escritor Suso de Toro; el cual omite el poco aprecio que Valle le tuvo al “galleguismo”, siendo que dejó dicho que Rosalía era una poetisa menor. Llegó hasta las boutades contra el “galleguismo”, aunque fue buen amigo de personalidades como Brañas o Murguía; pero jamás le dio pábulo a un regionalismo cuyas derivaciones acaso acertó a denunciar en alguna medida.

Por supuesto, jamás le dio bola al separatismo, teniéndole especial inquina al “catalán”. Valle siempre fue un hispanista férreo, las cosas como son.

En cuanto al marxismo, Valle jamás asumió los postulados del materialismo histórico-dialéctico, y mucho menos los del ateísmo. Lo que vio en Lenin fue un hombre que sabía disciplinar a las masas. Vio en la revolución algo inevitable y según él, mejor que se hiciese desde arriba. Con todo, el caso es que lo mismo le daba declararse absolutista que partidario de una dictadura sin problemas.

Y lo que también suelen omitir los que pretenden enrojecer ideológicamente a Valle-Inclán es que en su escaso tiempo en Italia como director de la Academia Española de Bellas Artes de Roma, no dejó de alabar a Mussolini por activa y por pasiva, sin cortarse ni un pelo.

¿Qué le pudo, entonces a Valle? A nuestro juicio, su incompleta formación, amén del oportunismo. Fue eso más que los tumbos ideológicos en sí.

Resulta curioso que tanto su familia como en su día Manuel Azaña digan que Valle-Inclán siempre fue tradicionalista. Nosotros decimos que, en todo caso, siempre fue un heterodoxo. A día de hoy, Valle encajaría más entre evolianos o duguinianos que entre carlistas. Probablemente, eso de la Cuarta Teoría Política le hubiera interesado (6).

No tenemos constancia de que Valle-Inclán conociera a Julius Evola ni siquiera en su estadía en Italia; no obstante, sorprende que en algunas de sus declaraciones, comparta el mismo “elitismo” que el filósofo italiano; así como muchas concepciones sobre la “política”. No hace mucho que leí Más allá del fascismo (7) y doy fe que me han sorprendido muchas declaraciones de Valle-Inclán recogidas por Manuel Alberca en ese sentido.

Sea como fuere, más que “evolución ideológica”, Valle lo que tuvo fue amistades. Como otros tantos intelectuales de su época, criticó mucho el turnismo pero se aprovechó de él cada vez que pudo. No es que Valle se hiciera rico, pero desde luego, participó de algún que otro “momio”, esto es, trabajo por enchufe, del cual cobraba sin hacer gran cosa. Si bien dizque tradicionalista, buena parte del carlismo (o del integrismo, mejor dicho (8)), siempre consideró que su literatura era altamente inmoral y nunca lo vio con buenos ojos. Y a pesar de ello, nuestro escritor logró hacer buenas amistades en el carlismo, y de hecho fue reconocido por muchos carlistas importantes, que fueron a agasajarlo en sus estrenos teatrales.

¡El teatro! Bien merecería un apartado sólo para expresar esa suerte de amor-odio que constituyó para Valle-Inclán, siendo que fue una de sus máximas aspiraciones y dedicaciones, como renovador estético-cultural que se consideraba, y sin embargo, le dio muchas insatisfacciones y malos entendidos. A partir de aquí comenzó a cultivar su “personalismo”: Por ejemplo, la ruptura de la amistad con Benito Pérez Galdós no vino por motivos “políticos”, sino porque Valle interpretó que su isleño colega le había vetado una obra. También se acabó peleando con la famosísima María Guerrero.

Amén de las amistades que hizo como militante carlista, tenía otras muchas del mundo literario. De ahí viene su amistad con Manuel Azaña y Cipriano Rivas Cherif; amistad que mantuvo hasta su muerte. De ahí vienen sus conexiones con personajes de todas las tendencias. Literariamente, siempre estuvo en el ojo del huracán, no dejando indiferente a nadie. Su fuerte personalidad, su carácter peleón y sus largas barbas (y de joven también las melenas) o provocaban odio o provocaban admiración. Y el cultivo de amistades en todas las esferas ideológicas a través de los cafés sin duda dio sus frutos en la república, donde más que al comunismo, se acercó al Partido Radical de Alejandro Lerroux, a quien consideraba luchador republicano de toda la vida y capaz de disciplinar a las masas. No sabemos si se le olvidaba decir que Lerroux, como otros tantos políticos republicanos, era masón… Sobre este particular Valle no sabemos que dijera gran cosa.

Eso de las masas siempre fue una obsesión en Valle-Inclán: Nunca gustó de esta sociedad preludio del mundo moderno. Sin embargo, no nos parece que escudriñara correctamente en las causas.

Sea como fuere, si bien Azaña nunca lo consideró republicano, lo cierto es que Valle sí que se consideró “hombre de la República”, y no polemizó con Unamuno a pesar de las muchas diatribas liberales/anticarlistas del profesor vascongado.

No podemos negar, asimismo, que Valle-Inclán denunciara muy acertadamente el corrupto régimen turnista; así como que tuvo una intuición desbordante al denunciar lo que había detrás de la dictadura primorriverista, en verdad, un postizo para justificar o salvar al impresentable Alfonso “XIII” (el primer productor pornográfico de España); ahora bien, según su carácter fantasioso, también agrandó sus “méritos” al respecto.

Con todo, hay algo que Manuel Alberca nos cita y que es fundamental para comprender este universo ideológico y hasta espiritual, si se quiere: La teosofía. El filósofo Manuel Fernández Espinosa insiste mucho en este aspecto, y con razón, y a sus estudios remitimos:


los supuestos ideológicos de la novela de valle-inclán



Manuel Alberca no trata este tema. Sólo alude vagamente a la afición espiritista de Valle, que pudo desarrollar en su primer viaje a México. Y sin embargo, esto es capital; porque los vínculos con esta gran nación hispanoamericana tienen mucho que ver con espiritismo y teosofía. Su estrecha relación con presidentes iluministas y anticlericales como Obregón o Calles no es casualidad. Recordemos que defendió a capa y espada las descabelladas políticas de estos mandatarios; así como el anticlericalismo brutal de Calles, que se cebó contra los pobres cristeros, una rebelión contrarrevolucionaria en un país donde la gente llegó a tener que bautizarse a escondidas. Puede que la actitud de buena parte de los residentes españoles en México no fuera la ideal, y que no miraran más allá de intereses más o menos mezquinos. Entiendo que Valle se pudiera pelear con ellos: Yo mismo he decidido cortar relaciones con la inmensa mayoría de la colonia española en el Perú; la gran mayoría, gente francamente prescindible y culpable directa y cómplice del neoturnismo. Entiendo, asimismo, que pudiera distanciarse tanto de liberales como de conservadores; o que, como nos pasa a muchos, al final acabemos abominando todavía más de la derecha que de la izquierda precisamente por la mezquindad individualista y la falta de interés y sensibilidad cultural (9) de esos que se dicen liberales, conservadores o lo que sea; vale, todo eso se puede entender. Pero lo que no se entiende ni se justifica es que apoyara especialmente a Plutarco Elías Calles, auténtica mala bestia masónica e iluminista que masacró al pueblo católico mexicano, cuya lucha era muy similar a la del carlismo. Y no se entiende en una época en la que Valle seguía diciéndose cristiano y tradicionalista.

Con todo, esta es, acaso, la principal desviación que podemos encontrar en el “universo ideológico-espiritual” valleinclanesco. Lo de sus amistades republicanas y su colaboración activa con el régimen tricolor queda casi en peccata minuta. Muchas veces se hizo por interés personal-pancista. Aunque se lo tomaba en serio. 

De México siempre recibió buena prensa, servicios y prebendas. Y durante toda su vida se quiso rodear de este país.



Valle-Inclán en México. Imagen de www.babab.com


Valle siempre conservó un gusto por lo “irracional” desmedido; sin embargo, era más racional de la cuenta cuando le convenía. Sobre todo a la hora de obtener trabajos. Su “problema” era que esos enchufes se los acababa tomando en serio...


CONTINUARÁ...





NOTAS: 






(4) Sobre Charles Maurras y la Acción Francesa, recomiendo especialmente: 


Ediciones Nueva Hispanidad 
Maurras y la Acción Francesa frente a la IIIª República
ISBN:987-98442-2-X
Autor:Calderón Bouchet, Rubén
Páginas:270
Peso:325 gr.
Desde el «Caso Dreyfus» que lo origina, el autor recorre todo el desarrollo histórico de uno de los movimientos tradicionalistas más importantes del siglo XX: «La Acción Francesa»; el enfrentamiento con el Vaticano, la condena papal y posterior rectificación, así como también las definiciones doctrinarias de Maurras en pos de una Francia católica, monárquica, antimasónica y antiliberal.



  
  
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(5) Lo que sabiamente opinaba Rafael García Serrano: 

RAIGAMBRE: LO QUE ES LA DEMOCRACIA CRISTIANA








(6) Sobre Alexander Duguin y la Cuarta Teoría Política:





(7) Mis impresiones sobre Más allá del fascismo

mis lecturas: "más allá del fascismo" - antonio moreno ruiz







(8) Sobre el integrismo, se puede empezar por: 

Partido Integrista - Wikipedia, la enciclopedia libre







(9) Recuérdese: 

RAIGAMBRE: LIBERALES EN CONSERVAS

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