RAIGAMBRE

Revista Cultural Hispánica

jueves, 3 de diciembre de 2015

LA CULTURA Y EL VALOR DEL SILENCIO

Ermita de Nuestra Señora de la Natividad. Guadamur (Toledo)
Interior de la ermita



Por Antonio Moreno Ruiz
Historiador y escritor

Es curioso cómo, a pesar de las diferencias que ya harto nos separan, todavía hay coincidencias más que sorprendentes entre los pueblos ibéricos y berberiscos. Por ejemplo: Una vez que se dice que no, es que no, y quien intenta "negociar" o cerdear, está incurriendo en una falta de palabra y respeto, haciéndote pensar que el individuo pesado de turno te hace una persona sin criterio. Por otra parte, no se entiende el concepto de "hablar por hablar". Desde vascos a tuaregs se han conservado actitudes parecidas, y no creo que sea casualidad.
Otrosí, decía el sociólogo y filósofo Walter Schubart en su interesantísima obra Europa y el alma del Oriente (1) que, de los pueblos europeos meridionales, el español es el más parco en palabras, y que como el ruso (comparaba mucho a rusos y españoles, y creo que muy bien), participa de la cultura y el valor del silencio. Creo que todo va relacionado; pero claro, estoy hablando en clave pre-progre, porque en la muy moderna España, con esta brutal mutación social y mental que hemos padecido, asimismo hemos perdido el valor y la cultura del silencio, y como consecuencia, no sabemos sino hacer escándalo.
Sin el valor y la cultura del silencio no se entendería esa España monástica y mística que arranca de las profundidades del Medioevo y se extiende casi hasta nuestros días, inspirando un temperamento, un arquetipo, una ilusión, una épica, una ética, un estilo. 
Sin el valor y la cultura del silencio, no hubieran salido toda esa suerte de frailes y soldados que, con rudeza y audacia, se lanzaron a la conquista como supremo ideal de vida, desde Covadonga a los Andes. 
Sin el valor y la cultura del silencio, no se puede disfrutar del eco que provocan en nuestros montes las múltiples y hermanas flautas y gaitas que de norte a sur nos pueblan y conmueven.
Con todo, también pasa que en las grandes ciudades es imposible el silencio. Ojo: No digo que los pueblos sean paradisíacos. De hecho, en el mundo moderno, los pueblos son todavía más golfos que las ciudades. Pero todavía se puede disfrutar del silencio y del campo. Quien no conoce esto, no sabe lo que es vivir a gusto, ni sabe que es pensar profundamente, ni conoce las honduras del alma de nuestra malherida patria.





NOTA:

(1) Recuérdese: 

ANTONIO MORENO RUIZ: MIS LECTURAS: "EUROPA Y EL ...


miércoles, 25 de noviembre de 2015

LAS RUINAS DE EUROPA

La consumación del imperio. Destrucción. Thomas Cole. 1836.
 
 
 
Matilde N. P.
 
 
Europa todavía parece estar un tanto aturdida ante la masacre perpetrada en París por los terroristas del Estado Islámico. La reacción inmediata de muchos países occidentales es, en cierto modo, algo natural y esperable: la restricción de entrada de los refugiados, las operaciones policiales cinematográficas en sus propios territorios, el aumento (o mejor dicho, el inicio) de los bombardeos a posiciones del Estado Islámico en la región de Levante, entre otras.
 
Los debates en torno a los ataques giran básicamente en torno a dos ejes: el primero, mayoritario, diciendo temer el estallido de violencia contra los musulmanes, el crecimiento de grupos ultranacionalistas y el resurgimiento del discurso xenófobo; el segundo, minoritario, que muestra cierta preocupación para determinar en qué medida los grupos terroristas se han aprovechado de la generosidad de los países occidentales a establecerse en sus territorios, reclutar nuevos miembros y ampliar sus operaciones. Casi ninguna preocupación se ha mostrado en una de las principales causas que han llevado a la masacre de París: una degradación cultural de Europa provocada por la descristianización.
 
Todos los “expertos” que han hablado en los medios de comunicación para dar explicaciones - absurdas, la mayoría de las veces - sobre qué ha permitido que el Estado Islámico provocara un ataque de proporciones tan graves en Francia restringió el análisis a los aspectos accesorios del problema real. Mucho se ha hablado de los peligros de la xenofobia y la forma en que podría degradar el espíritu esencial de la tolerancia que los nuevos tiempos exigen. También se habló sobre las desastrosas políticas exteriores de los países occidentales, especialmente Estados Unidos, que, por lo visto, parece muy eficiente para armar, entrenar y financiar generosamente sus futuros enemigos. Se mencionó también la importancia de que otros países europeos participen en la acción militar contra el Estado islámico, incluyendo el uso de tropas terrestres. Se plantearon algunas preguntas: ¿cómo identificar a los terroristas a través de la multitud de refugiados? ¿Es preciso cerrar completamente las fronteras, aumentar el control y dejar el panorama tal como está?
 
La degradación de la cultura occidental, que comenzó en el momento en que el cristianismo dejó de ser el fundamento principal de la vida cotidiana de las personas, no se ha mencionado en el análisis post-ataque de París; de hecho, ni siquiera fue considerado como una posibilidad, aunque muy remota. Sobre ello, un silencio sepulcral. Sin embargo, este es precisamente el tema central de la civilización occidental de nuestro tiempo. Y hay algunos ejemplos muy elocuentes que lo dejan ver bien claro.
 
Lo más probable es que nunca hayan oído hablar de Abel Azcona. Nacido en Pamplona, Navarra, en 1988, el español Azcona es un "artista de performance". Su perfil en “Vimeo” dice más sobre el artista y su obra:
 
His artistic exploration considered highly biographic looks into his own childhood, scarred experiences of abuse, abandonment, and child maltreatment, being his biological mother a key reference of his experience and therefore of his artistic craft. The feeling of abandonment experimented for the first time because of his mother, who practiced prostitution, and his pass through multiple child shelters, mental institutions and different foster homes, are determinant to the way Azcona expresses himself. His life experience, marked by drugs, prostitution, or several suicide attempts during his adolescence, are linked to his creation and so he doesn't hesitate to share with the viewers through his work. In his works on this intimacy, Azcona is known for experiencing pain and physical stamina, exposing himself to beatings, intoxications, aggressions and various tortures both physical and psychological, and doesn't cower to confront himself. Azcona tells us that when inner pain is so intense, outer pain can disappear; uses pain to empathize with his own feelings and own experiences during childhood and teen ages. Also, he assures that when he practices self-harm, it's his own choice to alter the shape of his body, as opposing to an abused child or woman, without a chance to decide. A resilient Azcona, creator of a cathartic work as a mean of self knowledge and personal construction.
 
El joven Azcona alcanza todo el mundo. Sus obras han sido expuestas en las principales capitales de Europa y Estados Unidos, y su nombre transita con facilidad en famosos museos y galerías de arte. Su última “actuación artística” se presenta en su ciudad natal de Pamplona. Se trata de, utilizando 242 hostias consagradas, escribir la palabra “pederastia”. Ante la incredulidad de la gente en el material utilizado por Azcona, él dijo que acudió a 242 celebraciones eucarísticas en las iglesias de Navarra y Madrid, y publicó fotos hechas con una  cámara oculta durante su participación en algunas de estas celebraciones - incluso en el momento de la recepción de la Eucaristía.
 
Una cultura que es capaz de adaptarse a todas las manifestaciones de total desprecio por lo trascendente es una cultura que crea un camino sólido hacia la propia destrucción. Los elogios a todo el trabajo de Azcona son una apología a la autodisolución. Una civilización que alcanza un nivel de degradación cultural, no sólo es incapaz de resistir la influencia y la acción de los enemigos externos, sino que ella misma se convierte en su propio enemigo. En esta etapa, no importa qué medidas tomar contra el Estado islámico o cualquier otro grupo terrorista - aumento de las bombas sobre sus bases, el cierre de fronteras, la intensificación de las leyes - nada, absolutamente nada será capaz de eliminar el peligro de exterminio.
 
Sólo una actitud será capaz de detener la marcha de Europa hacia la ruina. Sólo una actitud será capaz de detener este camino a la autodestrucción, y esta actitud es el regreso de Europa a la espiritualidad. No hablo de un retorno exterior, aparente, sino algo que los antiguos griegos llamaban metanoia: el reconocimiento del problema central, sincero arrepentimiento y la conversión completa - conversión no sólo en el sentido religioso, sino moral, ético e intelectual. No depende sólo de los gobiernos, ni sólo de los ejércitos, y mucho menos de la ONU, sino de las personas.
 
Hace un tiempo era Europa quien enviaba misiones al mundo para llevar el Evangelio a los pueblos, en consonancia con el mandato dado por Cristo a los Apóstoles. Hoy en día es Europa quien necesita ser recristianizada.

viernes, 20 de noviembre de 2015

EUROCENTRISMO PROGRE


Por Antonio Moreno Ruiz 
Historiador y escritor


Una de mis películas favoritas es "El Padrino", de Francis Ford Coppola. La tercera parte no tanto. Pero la primera y la segunda son obras maestras. Y casi que diría más la segunda; o al menos, me siento subyugado por el gran papel de Robert de Niro como el "padrino joven". Otro gran papel es el de Al Pacino. Es magistral cuando dice, en su papel de Corleone, que si algo aprendió de su padre, es el aprender a analizar cómo piensa la gente que le rodea.

Los europeos tenemos la manía de pensar que todo el mundo es o actúa como nosotros, y no nos damos cuenta de que, realmente, somos una minoría en el mundo. Con todo, si hay alguien que piense de una forma absolutamente eurocentrista, ése es el progre. Ya conseguido su propósito en Europa occidental, esto es, de una sociedad de ateísmo, drogas, hamburgueserías y desfiles gays subvencionados, se piensa que el resto del mundo ha de ser igual. Y así, cuando un progre crea una ONG que, al fin y al cabo, le paga un Estado sin el cual no sabe vivir, trata a la gente allá donde va (especialmente Hispanoamérica o África) como si fueran niños chicos. Los tratan como seres inferiores, en puridad.

Y es que progres e indigenistas padecen los mismos síntomas: Es gente que no le gusta lo que ve en el espejo. El indigenista dice que España exterminó a los indios porque no soporta ver su cara de indio en el espejo. El indigenista quisiera ser gringo, y cuando ve tanto indio y tanto mestizo a su alrededor, se desespera, y acoge ese mensaje indigenista que, en verdad, ha sido fabricado bajo patrones ideológicos europeos, concretamente, los del buen salvaje de Rousseau; creados en una Revolución Francesa que sólo en la Vendée masacró a más de cien mil personas. Para un progre "español", la Revolución Francesa es un hito mientras que la Conquista de América es un crimen. Pero en el fondo, lo que nos está queriendo decir ese progre, ese niño mimado del Estado, es que se siente muy mal por no ser guiri. Él quisiera ser de los Pirineos para arriba; quisiera ser francés, inglés, alemán... Pero no ibérico o latino. Es gente que se odia a sí misma. Padecen lo mismo que padeció el dictador Simón Bolívar, cuya familia quiso ocultar a toda costa que tenían una abuela negra. El mismo Bolívar que mandaba rechazar los retratos que le hacían que no pareciese más blancón de la cuenta.

Otrosí, la farfolla eurocéntrica progre consiste en que, gracias a la "educación", todo el mundo es igual. Ellos niegan la existencia de las razas pero, asimismo, establecen cuotas para "minorías étnicas". ¿Pero en qué quedamos? ¿Existen o no? Existen para lo que conviene... Porque esta gente no vive en el mundo real. Si no se aceptan a sí mismos, no esperemos que acepten la realidad del complejo mundo. No decimos, por supuesto, que seamos racistas. Ni tan siquiera, que las "razas puras" existan, porque eso tiene poco de científico, y hasta de espiritual, si nos apuran. Pero llegar al otro extremo tampoco es de recibo, porque sería la misma irrealidad. Y es el gran error tanto del liberalismo como del marxismo: El ser humano no es un ente aislado, ni a nivel individual, ni a nivel colectivo. Pero esto no lo entienden ni unos ni otros. Por eso, hay gente que piensa que, en Libia, que es un país cuya sociedad es tribal-beduina, puede haber una oligarquía de partidos políticos tal y como la hay en Europa. Por eso hay quien no entiende por qué en Bolivia sale una y otra vez elegido Evo Morales... Total, si todos somos "individuos iguales", no sabremos nunca que más de la mitad de la población boliviana es aimara, como  aimara es Evo; mientras que el resto mal se reparte entre guaraníes, mestizos y criollos. La gran mayoría no conoce el programa político de Evo: Lo votan porque es aimara y punto.

De todas maneras, ¿acaso conocen nuestros conciudadanos los programas políticos?

Pero eso: Que siempre podremos vivir en el romanticismo progre-democrático eurocentrista... Por eso algunos son "dictadores" y otros no. Porque lo dice o Estados Unidos o la prensa. Y porque la realidad no importa. Por ejemplo: Con esta terrible tragedia de París, hemos podido oír, entre otras cosas, de los telediarios "españoles" cosas como que "Rusia se suma a Francia para bombardear al Estado Islámico" / "Estados Unidos lidera ataques contra el Estado Islámico"... Cuando la realidad es que es Francia la que se ha sumado a Rusia, yendo Hollande con el rabo entre las piernas a pedirle el favor a Putin, sin saber ni poder explicarle a su población por qué durante años han estado financiando a los que han ido a París a asesinar. Por otra parte, Estados Unidos es el que lidera la financiación y hasta el entrenamiento del Estado Islámico, y hasta hace muy poco, con Francia. Véase Levy (también presente con Sarkozy y Obama en la invasión de Libia, así como con McCain en Donbass), McCain o Clinton...




Bernard-Henri Levy
Imagen de miguel-esposiblelapaz.blogspot.com




McCain con los terroristas "sirios".
Imagen de www.contrainjerencia.com




Otrosí, Alberto Garzón, una de las cabezas visibles de Izquierda Unida, va y dice que "los terroristas temen más a un juicio que un bombardeo". Hombre, claro, tíos que están dispuestos a matar y a morir por lo que dicen creer, van a tener mucho miedo de un juicio...

Pero es que nos chocamos una y otra vez con la realidad, y la realidad no importa para el progre eurocentrista. Sólo importa el "yo me siento". Es la mentalidad de un niño mimado-caprichoso la que dirige nuestro día a día. Y este "pensamiento" llega hasta a la gente que puede ser más culta: Por ejemplo, Joseph Pérez, historiador francés, hijo de españoles, dice que él fue criado en valenciano, que sus padres eran campesinos muy pobres que apenas chapurreaban castellano, y todavía menos francés; pero que cuando fue a la escuela, aun estando con niños de origen francés, portugués o español, todos se educaban en lo mismo y las diferencias se eliminaron. Claro, pero Joseph Pérez, todavía con mentalidad "post-ilustrada" de "optimismo científico", se piensa que el hombre es un ser aislado, que lo mismo es un niño de origen portugués que de origen argelino para con Francia; porque con "educación" se va a solucionar todo. Y será entonces que el fracaso radica en que en estos cincuenta años de inmigraciones masivas, no se ha dado suficiente "educación"... Y es que los musulmanes "franceses", ya procedan del Magreb o del África Negra, fueron a Europa pero no salieron de sus círculos. Es lógico: El ser humano se halla con quien le es más afín. Si yo voy a Noruega y veo una pequeña colonia de italianos o griegos, pues seguramente me integraré antes con ellos que con los propios noruegos. Lo mismo le pasará a un marroquí o a un senegalés para con las grandes colonias de argelinos o tunecinos en Francia. Y aquí no hay "igualdad" impuesta por la guillotina que valga. La igualdad no es más que ante Dios.

Y siendo más concretos: ¿Por qué será que los libaneses o los armenios no son problemáticos en Francia? ¿Por qué sirios, libaneses o palestinos no fueron problemáticos en Hispanoamérica (1)? ¿Por qué en España, migraciones como la hispanoamericana o la europea oriental, en una considerable mayoría, no han sido tan problemáticas como otras?

Sin tener en cuenta lo etnocultural y lo espiritual, estamos perdidos. Por eso Europa está desarmada y desalmada, sin comprender nada, sin saber cómo pueden pensar unos musulmanes a los que no conoce, porque más allá de lo superficial, no sabe cómo piensan, ni lo que es el islam (2); no saben analizar el Corán; no saben cómo reacciona, piensa o actúan -por lo general- los moros; por eso, no entiende que haya gente que esté dispuesta a morir matando por lo que dicen creer. Por eso, sobre todo el progre "español" expresa su frustración en su carácter histérico, sin saber muy bien por qué. ¡Ellos creían en el paraíso en la tierra! Y ni siquiera una crisis que no cesa les hace abrir los ojos. Pero es que ya la mamela no es tan fácil como antes. Y como dijo el genio ruso Alexander Solzhenitsyn, los dos grandes errores del siglo XX fueron la precipitación y la superficialidad. Y eso es el Occidente de hoy: Un error. El mismo error denunciado por el mentado gran polígrafo ruso.

Queda claro que Hungría es el limes. La Europa del Este tiene problemas terribles, pero todavía no está tan contaminada por lo políticamente correcto y por todas las escorias del marxismo cultural mezclado en peligroso cóctel con el capitalismo salvaje. Europa occidental no está preparada para esta guerra; guerra que ha alimentado ella misma, a través de gobiernos corruptos que han financiado y entrenado terroristas a cambio de petróleo barato, en contra de gobernantes legítimos y capaces, como Bachar Al Assad. Ahora todo se vuelve en contra. Pero este Occidente no saldrá de su narcotizado sueño, y seguirá mirándose en su ombligo de eurocentrismo progre, con flores, velitas, y hasta cantando las criminosas letras de la Marsellesa (¿cómo era eso de la "sangre impura" y el "abono" para los campos"?) si hace falta.

Ya se está hablando de "grandes pactos de estado"... Ya conocemos ese lenguaje: El totalitarismo oligárquico progre nos va a caer más que nunca.

Y no nos engañemos: El islamismo avanza porque Occidente está vacío. Aquí ya no hay civilización cristiana; hay eurocentrismo progre. De hecho, si hubiera civilización cristiana, el islamismo y sus  necesarios aliados de Occidente jamás habrían podido llegar hasta dónde han llegado, poniéndonos entre la espada y la pared.

Hasta aquí la realidad. Y ante ello, ¿qué podemos hacer? Sobre todo, no caer en el derrotismo, puesto que si a priori parece que no gran cosa, desde luego, orar y laborar, a la par que colaborar con los que estén dispuestos a echarle bemoles al asunto. Que sigan los de siempre en sus interminables coñazos, pero nosotros vayamos a lo nuestro, porque tanto los turcos como los herederos de Tarik ya han cruzado nuestro Rubicón, y se están regodeando en la charca de miseria progre. En nuestra fe, nuestro valor y nuestro trabajo está el poder cambiar las cosas para bien.




Predicador salafista alemán 
Imagen de dw.com 






(1) Véase:

La emigración árabe a Iberoamérica - La Abeja





(2) Recuérdese: 

domingo, 15 de noviembre de 2015

PARÍS Y LOS HIPÓCRITAS

Por Antonio Moreno Ruiz
Historiador y escritor



Desde hace mucho tiempo, se masca la tragedia. Este fin de semana Europa se acostaba con un terrible atentado perpetrado en París, la capital de la bel France que se acicalaba entre discotecas. Algo similar a lo ocurrido con las Torres Gemelas de Nueva York o con los trenes de Madrid. En todos estos casos, los actores suelen ser los mismos: Locos islamistas. Por lo menos, eso nos dicen. Y ahora, copiando los modelos angloamericanos, salen "teólogos de todas partes", haciendo "análisis" a cual más pesado. Y es que nuestra generación tiene unos conocimientos absolutamente deficientes sobre cuestiones teológicas y filosóficas, y no digamos "históricas", por más que el personal vaya de sabio por la vida por mor de haber leído a chuflas como Dan Brown.

Con cuestiones de teología y política de andar por casa, podemos decir lo siguiente, apelando a la tradición de la Cristiandad:

-Existe la teoría de las dos espadas: Iglesia/Monarquía. Los "dos poderes", si se quiere, secular y espiritual, aun en comunión, pero con diversidad de funciones. Esa ciencia política ayudó mucho a desenmarañar el cesaropapismo, aunque siempre quedaron restos.

-Y por supuesto, San Pablo nos deja muy claro que a los cristianos no nos está autorizado hacer el bien a través del mal.

Pues bien: Si gracias a la leyenda negra anticristiana, muchos pueden pensar que en nombre del cristianismo se han hecho barbaridades; por lo menos que esta masa acrítica que parece caballo de buena boca vaya sabiendo que en el islam no existe nada de las "dos espadas". Y en el islam muy expresamente se autoriza a hacer un supuesto bien a través del mal, así como se autoriza a mentir. Maquiavelo se queda en pañales al lado de Mahoma.

Pero nada, seguro que muchos seguirán haciendo mil elucubraciones sobre la "religión". Ya que todo el mundo se cree teólogo y filósofo y lo que haga falta, algunos leerán el Corán, otros sacarán cosas del Antiguo Testamento... Pero ni han entendido ni entenderán nada. Porque esto se trata, amén de un problema teológico (que por supuesto), filosófico y político, de una cosmovisión. Que es una manera de entender el mundo, la vida. Que no todo se arregla con "educación". Que el "optimismo científico-ilustrado" es un fracaso anunciado desde el siglo XVIII. Que esta marea musulmana establecida en Europa desde hace generaciones ni se adapta ni se va a adaptar. Y que este sistema y esta sociedad, que nos ha convertido en cobardones sin capacidad de reacción, ya no dan más de sí. Ahora vendrán lacitos, vendrán banderitas, vendrán conciertos, velitas... Pero el problema seguirá estando. Y "curiosamente", esos islamistas criminales por los que se horrorizan seguirán siendo subvencionados y entrenados por las potencias dizque democráticas.

Islamistas criminales que, al igual que con lo de las Torres Gemelas, sus cuerpos no aparecen pero sí sus pasaportes...

Y Putin, es muy agresivo, muy expansionista... ¡Comunista y todo, dicen algunos!

Y es que es para alucinar lo fácil que se deja hipnotizar el personal a través de la psicosis de masas. Con este brutal atentado en París, ya hay más de uno y más de dos pidiendo que se arrase Siria. Y el caso es que ya se ha arrasado Siria, un país pacífico y próspero a pesar de estar invadido por Israel; un país donde los cristianos no tenían ningún problema; donde había unas procesiones que en nada envidiaban a las de Andalucía, Nápoles o Huamanga. También se ha arrasado Irak, Afganistán y Libia. Y en todos estos casos, la República Francesa ha intervenido activamente, cuando no a través de su ejército, subvencionando a los asesinos islamistas que ahora han matado en París a 160 personas. Y sin embargo, hay quien quiere arreglar esto con más del sistema; más romanticismo progre; más, más todavía, como si ya no tuviéramos bastante... El mismo sistema de "puertas abiertas" y "refugees welcome"...

Desde luego, por más que intento buscarle la lógica, no la encuentro.

Por cierto, ¿nadie sabe que ha habido un atentado similar en el Líbano, otro país destruido por los "aliados de Occidente"; esos mismos "aliados", reitero, que han cometido la brutal masacre en una Francia que los ha financiado y entrenado?

¿Hemos reflexionados sobre las palabras de Bachar Al Assad, quien lleva advirtiendo hace años que si la Europa occidental no dejaba de apoyar a los terroristas, esto acabaría pasando en su suelo? ¿Esto que ya lleva pasando cinco años en Siria?

En fin, ahora vendrán lamentos y culpas. Las culpas, valga la redundancia, se echarán en la religión, sin reparar en los millones de muertos acaecidos directamente por la gestión atea/laicista, desde la Revolución Francesa a nuestros días. ¡Están ateos, progres, liberales y etc. como para dar lecciones de moral!

¿Soluciones? No hay una varita mágica. Pero lo cierto es que, por ejemplo, gracias al apoyo aéreo que Rusia le está brindando a la República Árabe de Siria, con su consentimiento y respetando al legítimo gobierno de Bachar Al Assad, muchos sirios han conseguido volver a sus hogares y hay objetivos del Estado Islámico que han sido destruidos. Por hay ahí que empezar.



Imagen de www.bbc.com




En este lío nos ha metido la Europa moderna e inconsciente. Antaño, tanto España (y Portugal) por el Occidente como Rusia por el Oriente ejercieron de muro de contención. El moro siempre ha temido y odiado al español y al portugués, y lo mismo puede decirse del tártaro con respecto al ruso. Y es que España ha sido el país que más y mejor ha derrotado al islam religiosa, política y militarmente. Y esto por lo visto no se nos perdona desde la Europa dizque civilizada e ilustrada...

Otrosí, la presencia ibérica en África es milenaria; sin embargo, el colonialismo del XIX y la farsa descolonizadora del XX ha provocado un desorden cuya magnitud todavía nos atenaza. La República Francesa sigue actuando como potencia colonialista descarada mientras que España y Portugal tuvieron que irse de África, y con guerras y amenazas de las mismas potencias que hacen y deshacen sin que nada ni nadie las contenga. Así borraron nuestra experiencia histórica. Así hacen y deshacen a su antojo, siendo  que la Europa occidental sea uno de los sitios donde menos libertad haya del mundo, para encima pretender vender justo lo contrario. Por ello, hay que denunciar a los poderes que en nuestros días han ayudado a que el Estado Islámico llegue donde llegue; poderes que son herederos de las canalladas de un pasado todavía reciente. Y entre esos poderes está la República Francesa. Estos gobernantes tiranos, que pretenden enfrentarnos con Rusia con mentiras mediáticas y sanciones comerciales, planearon hace años, luego de la invasión de Irak, las "primaveras árabes" y la invasión de Siria e Irán. Creían que Siria caería como cayeron Túnez o Libia, pero se equivocaron. Por un lado, la estructura política siria está muy bien compactada. Por otro, tuvo apoyo en la retaguardia desde el Hezbollah, auténtico ejército por encima de naciones-estados; por otro, el apoyo solapado de Rusia que por fin se ha materializado. Siria e Irán no son peleles. Pero el sistema necesita invadirlos por su geoestrategia y su petróleo y por mil cosas más. Trazó este sangriento plan hace años y ya no tiene más propaganda, porque sus burdas mentiras han caído por su propio peso. Y ya no sabe qué hacer, y muy seguramente, apelará a utilizar a las víctimas de esta barbarie para sus nauseabundos proyectos. Y si no, atentos:

¿SERÁ QUE EN LOS PRÓXIMOS DÍAS VEREMOS LA JUSTIFICACIÓN DE LA INVASIÓN DE SIRIA E IRÁN, ASÍ COMO UNA NUEVA OLEADA DE "REFUGIADOS" EN EUROPA?

Tiempo al tiempo. Y que Dios nos coja confesados.

Como dijo Blas Piñar QEPD refiriéndose hace muchos años a la política estadounidense: ¡Hipócritas!

Y que descansen en paz las víctimas. Y atentos, que estamos en alerta. ¡Y Rusia no es nuestra enemiga!






viernes, 13 de noviembre de 2015

LA DIMENSIÓN POLÍTICA DEL AMOR PLATÓNICO




EL AMOR ES LO QUE DEFINE A LOS HÉROES


"Porque unos gracias a este don [el de la fortaleza, dada por el amor]
con fuerte espíritu por lo honesto,
por la patria o por la religión afrontan los peligros y la muerte".
 
 (Marsilio Ficino,
"De Amore. Comentario a "El Banquete" de Platón")



 
Manuel Fernández Espinosa



Conviene mucho a esta indagación que empecemos diciendo que lo que popularmente se entiende por "amor platónico" no es más que la vulgarización o, todavía peor, las tergiversaciones vulgarizadas, de uno de los temas centrales del platonismo. Nunca la filosofía fue más filosofía (en su sentido etimológico: "amor por el saber") que con Platón, pues es el amor la fuerza que propulsa toda la obra platónica. Las divisiones que con objeto didáctico se han hecho de su obra: metafísica, epistemología, psicología, cosmogonía... pueden servir al estudiante para iniciarse en Platón, pero han de quedar superadas cuando se ha leído la obra completa, accediendo al núcleo esencial de este monumento inmortal del pensamiento universal que, a pesar del paso de los siglos, sigue vigente.
 
El amor platónico no será, por lo tanto, como por ahí piensan algunos profanos, el "amor idealizado" (y, por "idealizado", imposible), ni el "amor casto y ajeno a todo deseo de contacto carnal", tampoco el amor homosexual/homoérotico, aunque en la Atenas de Platón éste era una lacra. El pensamiento platónico, siendo tan complejo y difícil en su núcleo, se ha mostrado tan versátil que hasta ha dado algunas de las más recurrentes imágenes de nuestra cultura; valga mencionar la peregrina idea de "la media naranja" que no es más que una lectura superficial del mito del andrógino, presentado en "El banquete" por boca de Aristófanes.

Muy acertadamente, Camilo José Cela escribía: "Al limitar el amor a pasión del alma -y sólo del alma- los intérpretes creadores del pseudomito del amor platónico cayeron en dos reducciones: la de convertirlo en amor pederasta, ya que la satisfacción del amor no más que a través del alma se dirigía hacia el efebo, signo natural de la belleza, y la que, como secuela, producía la falsa consecuencia de que el amor hacia el joven se perfeccionaba como finalidad con la eclosión de los bellos sentimientos y los bellos pensamientos, para llegar al éxtasis erótico en la contemplación de la eterna belleza. Algunos glosadores, atendiendo sólo al final de esta tergiversación, llegaron a proponer la idea de que el amor platónico era la contemplación idealizada de la belleza femenina".
 
El amor estéril (y todos los supuestos "amores" hasta aquí presentados, vulgarizaciones del "amor platónico") son, en definitiva, "actividades" estériles y, como tales, serán por lo tanto lo más contrario al concepto platónico del amor, pues decir "amor estéril" es un flagrante oxímoron. Pero, habiéndonos cuidado de poner a un lado desdeñosamente todas esas falsificaciones causadas por la ignorancia o el interés enfermizo, nuestro tema aquí y ahora es acceder a una de las dimensiones del amor platónico que menos atención han recibido, lo cual nos puede parecer increíble, puesto que Platón insiste constantemente en ello; no obstante, que esta dimensión del amor no haya sido puesta de relieve con la importancia que se debiera, nos extrañará menos teniendo en cuenta los prejuicios acumulados por las vulgarizaciones más arriba apuntadas, así como la clamorosa falta de lectores capaces de superar una mentalidad depauperada, ese reduccionismo al sujeto en que consiste la modernidad toda (la mentalidad contemporánea, todavía lastrada por el romanticismo -y, todavía peor, por el romanticonerío- es una forma moderna de inteligir y sentir degradados, el postmodernismo no es más que la postdegradación).
 
Platón no sufría de ese achaque del subjetivismo, por eso cualquier aproximación subjetiva al pensamiento platónico se mostrará totalmente inepta para captarlo en toda su profundidad. Para comprender a Platón hay que ser premoderno. El amor tiene en Platón, como no podía ser menos y así lo tiene todo en su obra, un auténtico compromiso con la "polis". El amor no puede ser ajeno a lo político. Esto lo podemos ver aquí y allá en toda su producción, desde "La República" hasta el "Fedro", sin dejar de pasar por "El Banquete" que es el diálogo consagrado, dicho en un sentido fuerte, al "amor". Aunque los discursos de Fedro, Pausanias, Erixímaco, Aristófanes y Agatón (y hasta la irrupción de Alcibíades) ha dado munición a místicos y poetas de todas las épocas por los poderosos mitos evocados, haremos bien en identificar el pensamiento que Platón tiene sobre el amor con lo que expone Sócrates, evocando a la misteriosa Diotima la de Mantinea, personaje que se ha demostrado histórico al descubrirse una estatua dedicada a ella, mujer que parecía cumplir la función de hierofante de misterios sagrados y a la cual reconoce Sócrates como su iniciadora en la teoría del amor. En lo esencial, el concepto del amor que sostiene Platón, por boca de Sócrates, es lo que resume magistralmente D. Antonio Tovar en estos renglones: "El amante busca alcanzar el bien, para con él lograr la felicidad, pero ¿de qué modo quiere alcanzar el bien? Para hacerlo propio, esto es lo esencial. Como que busca en el bien la mitad de sí mismo, un complemento que hará suyo para siempre. En él ve una suma de bienes y felicidad que es el incentivo del amor. Pues el objeto del amor es el bien, y esencial en el amor es el logro perpetuo de ese bien".
 
Diotima alude enigmáticamente a una iniciación de índole mistérica: "en cuyos misterios, Sócrates, -dice Diotima- también tú podrías iniciarte. Pero en los ritos de iniciación perfecta y en las supremas revelaciones, que constituyen la finalidad de aquéllos si se procede correctamente, no sé si serías capaz de iniciarte", podríamos suponer algo parecido a los misterios eleusinos, dionisíacos u órficos, pero lo más llamativo es que Diotima presuma que Sócrates no pueda acceder a los "ritos de iniciación perfecta y en las supremas revelaciones", lo que ha dado lugar a una profusa polémica entre especialistas en Platón. Sin embargo, Diotima trata de conducir a Sócrates hasta el núcleo de estos misterios y nos lo representa como una gradación: "En efecto, -sigue diciendo Diotima- éste es el camino correcto para dirigirse a las cuestiones relativas al amor o ser conducido por otro: con la mirada puesta en aquella belleza, empezar por las cosas bellas de este mundo y, sirviéndose de ellas a modo de escalones, ir ascendiendo continuamente (...) y de los cuerpos bellos a las bellas normas de conducta, y de las normas de conducta a los bellos conocimientos, y a partir de los conomientos acabar en aquél que es conocimiento no de otra cosa sino de aquella belleza absoluta, para que conozca por fin lo que es la belleza en sí. En ese instante de la vida, querido Sócrates -dijo la extranjera de Mantinea-, más que en ningún otro, vale la pena el vivir del hombre: cuando contempla la belleza en sí". Una belleza que más abajo nos presenta Diotima como: "limpia, pura, sin mezcla, sin estar contaminada de carnes humanas, de colores y de otras muchas naderías mortales" y, lo dice: divina.
 
Bien leído, el discurso de Sócrates, trayendo al simposio las palabras de Diotima, está respondiendo a todos los que han intervenido previamente. Por ejemplo, Fedro sostenía una idea del Eros como incitador al amor honorable, pues el amor sería para Fedro: "Lo que, en efecto, debe guiar durante toda su vida a los hombres que tengan intención de vivir noblemente (inspirando) la vergüenza ante las feas acciones y el deseo de honor por lo que es noble, pues sin estas cualidades ni una ciudad ni una persona particular pueden llevar a cabo grandes y hermosas realizaciones." A lo que parece decirnos Sócrates que no sólo es eso, aunque también es eso.
 
Incluso en el diálogo "Crátilo" nos vino a decir que del "amor" (eros) nacieron los "héroes" (marcando la semejanza entre las palabras griegas "eros" y "héroe"), llegando a afirmar que: "Esto [el amor] es lo que define a los héroes". Sabido es que en este diálogo nuestro Platón etimologiza a su gusto, pero "se non è vero, è ben trovato". El amor platónico, de estirpe divina y siempre dirigido al bien, sólo puede engendrar héroes, nunca patéticos idealistas incapaces de poner por obra lo que cuajan en sus mentes autosuficientes y estériles.
 
El ascenso místico de los "cuerpos bellos" a las "bellas normas de conducta" nos está poniendo de manifiesto la dimensión política del amor. El amor no puede quedar fijado en lo visible, sino que debe remontarse hasta su fuente divina, el Bien en sí, la Belleza en sí, nuestro Dios (todavía hay gente -profesores de filosofía incluidos- que no se han enterado de que lo más parecido al Dios cristiano en Platón no es el demiurgo del "Timeo", sino la Idea suprema del Bien en sí/Belleza en sí). Las "bellas normas de conducta" serán reconocidas como un escalón superior al de la belleza que podamos hallar en los seres visibles, aunque esté subordinada al escalón de la ciencia (dianoia -conocimiento discursivo- y noesis -inteligencia). Que las normas de conducta sean consideradas en el discurso del amor, repito, parece que ha dejado impávidos a cuantos han leído "El Banquete". Para poder explicarlo, baste recordar que "Los poetas y los legisladores son uno y lo mismo en la pedagogía que sus obras representan" -escribía Werner Jaeger. En la poesía y en la filosofía política está la "paideia" que, como Jaeger, dice: "brota del eros (amor) para convertirse en areté (virtud)". El amor platónico no queda, pues, reservado al ámbito de lo privado, pues lo mismo que hombre y mujer por amor natural fundan familia, ese amor rebosa los límites domésticos para imponer "normas de conducta" públicas que establezca el orden social y político. La reducción del amor al terreno privado (perpetrada con la burguesía incipiente desde el Renacimiento) ha supuesto una considerable merma que ha traído como consecuencia que, en la sociedad que ha sufrido de este achaque burgués, las familias hayan quedado autocomplaciéndose en su felicidad hogareña, mientras que siniestros individuos y grupos organizados de muy dudosa e invertida moral han ido ganando el espacio público, imponiendo en lo social una anormalidad que incluso ha llegado a plasmarse en la legislación, es algo que salta a la vista en nuestro deplorable y desgraciado mundo occidental.
 
Los que mejor interpretaron el concepto de amor platónico fueron los grandes filósofos cristianos medievales. Estos, guiados por el magisterio de Dionisio Areopagita y San Agustín de Hipona, aunque clérigos -de la casta orante-  llegaron a profundizar en la doctrina platónica con frutos que no tardaron en derramarse generosamente sobre la casta de los guerreros y estos encontraron en ello la razón que sublimaba su actividad bélica, lo mismo en las Cruzadas que en las hazañas caballerescas de los tiempos de la caballería andante y el amor cortés (aunque éste fuera objeto de desviaciones gnostizantes). El amor platónico, con su dimensión política y a salvo de las tendencias reduccionistas y pervertidoras, puso en su lugar adecuado el impulso heroico de los caballeros por sus damas y por el orden social. Se estableció el amor, según el orden natural, marcando la heterosexualidad al no encontrar nada más que exclusivamente en lo "femenino" el ideal de todo hombre bien nacido (librando a los varones de la depravación pederástica que sufrian los griegos paganos). Y la mujer fue la primera beneficiaria de la alta especulación mariológica de nuestros teólogos medievales, que inspirados por la Santísima Virgen María, encontró en la Virgen María el modelo más sublime de toda criatura humana.
 
 
BIBLIOGRAFÍA:
 
 
Platón: Obra completa.
 
Cela, Camilo José, "Enciclopedia del erotismo".
 
Tovar, Antonio, "Un libro sobre Platón".
 
Jaeger, Werner, "Paideia".
 
Ficino, Marsilio, "De Amore. Comentario a "El Banquete" de Platón".
 
 

lunes, 9 de noviembre de 2015

SUSTITUCIÓN CULTURAL ANGLOSAJONA

Imagen de www.taringa.net

Por Antonio Moreno Ruiz
Historiador y escritor

Por desgracia, creo que no es verdad que el español sea un idioma en auge. Lo que percigo en auge es una jerigonza spanglish que está pudriendo el español. Estamos suplantando nuestra cultura y nuestra psique por algo que, lejos de enriquecernos, nos empeora, en un proceso de sustitución cultural apabullante: "Miss" por "señorita", "kinder" por "párvulo" o "preescolar", "delivery" en vez de "a domicilio", "stop" por "alto" o "pare", "sorry" por "lo siento"/"disculpa"/"perdona", "heavy" por "fuerte"... Y eso por no hablar de "Halloween", "baby shower", "Christmas"... ¡Joder, qué hartura y qué asco! Y ya, si uno no usa estas palabrejas, parece un marciano. Definitivamente, el afrancesamiento ilustrado parece un dulce al lado de esta pesadez hortera. Afrancesamiento que, por cierto, estuvo presente en las oligarquías hispanoamericanas hasta bien entrado el siglo XX, y más exagerado todavía que lo que fue el XVIII español.

Yo, qué quieren que les diga, me niego a sustituir la riqueza de nuestra lengua por estos barbarismos de mal gusto. Me niego a decir “brother” en lugar de “hermano”; me niego a decir "Oh, my God!" en lugar de "¡Dios mío!"; me niego a cantar "happy birthday" en lugar de "feliz cumpleaños"; no le pondré nombres "exóticos" a mis hijos así como me niego a festejar al gordo vestido de colorado y tantas otras estupideces que nos están metiendo de la Península al Nuevo Mundo para sustituir la riqueza de la cultura hispana en particular y latina en general. Por lo mismo que si tengo descendientes, nunca les pondré nombres exóticos que no entren en mi fonética.

Y sí, soy profesor de español para extranjeros, entre otros menesteres; y por eso mismo, soy consciente de las variedades del español, de la Península al Nuevo Mundo, pero eso es una cosa y otra muy distinta es enseñar la hortera bastardía de una reata de innecesarios y acomplejados anglicismos, máxime cuando para la gran mayoría de ellos hay palabras y expresiones de sobra en nuestra culta lengua, la lengua de Cervantes y Quevedo, la lengua de Rubén Darío, Amado Nervo y José Santos Chocano; la lengua del Cantar de Gesta y de la poesía gauchesca; la lengua que fue de las Partidas del rey Alfonso X el Sabio a las Leyes de Indias; la lengua que, bien nacida en Castilla, se hizo universalmente española a través de la hermosa conexión Andalucía-Canarias-América.

Creo que en nuestra América el proceso de yanquización ha sido más intenso porque desde hace muchos años se abandonó totalmente el estudio del latín, por lo que incluso la gente culta tiene un desconocimiento abismal sobre la raíz de su idioma, siendo que las oligarquías, cerriles y apátridas, alientan esta yanquización. En España se resistió un poco más, pero fue llegar la década de los 90 y entrar en el desenfreno anglosajón, de la mano del PSOE y del PP, así como de sus necesarios aliados comunistas y separatistas. Así que o tomamos cartas en el asunto a entrambos lados del Atlántico, o preparémonos entonces para disolvernos en la indignidad, porque ya se preguntó cual fatal profeta el mentado Rubén Darío:

“La América española como la España entera
fija está en el Oriente de su fatal destino;
yo interrogo a la Esfinge que el porvenir espera
con la interrogación de tu cuello divino.

¿Seremos entregados a los bárbaros fieros?
¿Tantos millones de hombres hablaremos inglés?
¿Ya no hay nobles hidalgos ni bravos caballeros?
¿Callaremos ahora para llorar después?”(1)

Esto por desgracia ya está pasando. Y es una pena, dado el potencial tan grande que tenemos, y que de hecho, deberíamos reivindicar.

Por otra parte, con esta ristra de anglicismos innecesarios, en este proceso de sustitución cultural, es normal que apenas salgan buenos escritores. ¿Qué van a escribir? Pensando y hablando así, no puede salir nada bueno.

Otrosí, los autores del realismo mágico al menos tuvieron la decencia de replantearse el lenguaje desde su base, creando algo que si bien puede gustar más o puede gustar menos, desde luego ha conseguido enriquecer nuestra lengua. En cambio, muchos criticones conservaduros (que no tradicionalistas), incapaces de crear absolutamente nada, no parecen tener mayor problema ante la constante intromisión anglosajona. No en vano, si por algo se ha caracterizado el pseudo-monarquismo conservaduro (de estilo juanista) en España, antes del gusto por los trajes de alguacilillos, es por su ridícula anglofilia. Mucha mojigatería pija, mucha pose pseudo-caballeresca, pero incapaces y vendidos ante el combate cultural. Y tanto progres como moros y anglos avanzan, corroyendo lo poquito que nos queda.

Así las cosas, que Dios nos coja confesados. Pero en español, gracias.






Imagen de www.laprensa.com.ni




(1)Véase el poema “Los cisnes”:

Los cisnes - Poemas de Rubén Darío - Poemas del Alma

sábado, 31 de octubre de 2015

ANTICOMUNISMO Y RUSOFOBIA

Imagen de kimmish.co.za
Por Antonio Moreno Ruiz
Historiador y escritor

Por una cosa o por otra, Rusia está en el candelero, y parece ser que decir “Rusia” es decir varias cosas a la vez. Recuerdo que no hace mucho, un colega brasileño me decía que él no debía ser un buen brasileño, pues cuando decía su nacionalidad, automáticamente le saltaban con carnaval y samba, cosas de las que no gustaba. Y bueno, es universal que todo país cargue con determinados tópicos, hasta ahí de acuerdo. Pero en Rusia hay “algo más”, y puede tener su explicación: La caída del muro de Berlín, presagiando la última década de un siglo XX que se fue muy rápidamente, supuso una especie de aura optimista en muchos rincones del Occidente. Con razón, muchos pueblos del Este pensaban que por fin se liberaban de tan oprobiosa tiranía. Sin embargo, desde Washington se pensaba de otra manera: Por fin el terreno estaba allanado para dominar el mundo occidental a placer, y de ahí desembarcar a lo largo y ancho del Pacífico como quien se va de vacaciones. Pero resulta que la historia no fue así, y Rusia, iniciando una última década de siglo desastrosa, comienza a revolverse cuando ni propios ni extraños se lo esperan; y cuando Estados Unidos intentó meter sus zarpas en el Cáucaso a través del golpista Saakashvili, Rusia demostró que estaba viva y coleando, y en cuestión de una semana finiquitó el que podría haber sido un grave problema geopolítico, a la par que advirtió que no iba a haber más Kosovos. Y desde entonces, Rusia volvió a la política internacional por la puerta grande, y en Occidente, “Putin” era y es (y probablemente será) el hombre y el nombre. (1)
Teniendo este cuadro por banda, nos situamos ante los dos planos que salen a la palestra cuando nos referimos a Rusia: Anticomunismo y rusofobia. Y aunque pueda parecer paradójico, están bastante relacionados: El anticomunismo (2), lejos de haberse enterado que el muro de Berlín ya cayó, sigue anclado en una trampa ideológica que le vino (y le viene) muy bien al imperialismo anglosajón, y en verdad no es nada paradójico, puesto que el anticomunismo no tiene más ideología que una suerte de miedo paranoide a que hoces y martillos salgan de todos lados para fastidiarles la tranquila vida. La pregunta del millón sería qué alternativa real ofrecen ellos a esa supuesto sempiterno y redivivo comunismo que va a acabar con todos, porque no parecen salir de una histérica dialéctica que, en forma de altisonantes diatribas, emplean a distancia contra todo aquello que les pueda oler a “izquierda”, demostrando así una actitud eminentemente burguesa, la clásica actitud del meter miedo y esperar a que alguien/otro haga algo, y resulta que ese “alguien” suele ser el liberalismo, el máximo y hegemónico beneficiario de nuestro tiempo.
Otrosí, el anticomunismo se relaciona mucho con la rusofobia, porque para todo anticomunista que se precie, Rusia es la carne y la sangre del comunismo. Ser ruso equivale a ser un rabioso comunista. Y como Putin estuvo en la KGB, Putin es comunista y Rusia está restaurando la Unión Soviética, y colorín colorado, este cuento se ha acabado. Y es que si adquiriéramos la lógica de los anticomunistas, colegiríamos que España es un país franquista y que Alemania está lista para el IV Reich. O quién sabe, tal vez De Gaulle se va a levantar de su tumba y va a volver a ¿salvarnos de la izquierda? dejando a los pieds-noirs a su suerte. Nada, nada, Putin ya está calado. No importa que en Rusia se haya prohibido la propaganda de la pornografía, la homosexualidad y el aborto; no importa que en Rusia, por cada ruso nacido, el gobierno dé 9.300 euros; no importa que el gobierno de Moscú haya establecido un impuesto único del 13%; no importa que en Rusia estén prohibidas las manifestaciones homosexualistas promovidas y financiadas por Hollywood y la Unión Europea… Es más: No importa que en Rusia, si quieres educar a tus hijos de una forma tradicional, el Estado no sólo no es que no te ponga trabas, sino que te da todas las facilidades del mundo. Existen multitud de comunidades y colegios que ya quisieran muchos que se hacen llamar tradicionalistas para sus vástagos (3). Y es que en parte el patriotismo, así como otros muchos valores, es algo real, tangible; se respira en muchos ambientes, y va calando desde la infancia. Un anticomunista prototípico dirá que eso lo hace Putin para despistar, y acto seguido, será capaz de alabar a magníficos teóricos (especialmente ingleses…) que jamás pondrán en práctica.
A esta especie de identificación genética de Rusia con el comunismo, le podemos oponer las palabras de Alexander Solzhenitsyn: "Tienes que entender. Los dirigentes bolcheviques que tomaron Rusia no eran rusos. Ellos odiaban a los rusos. Ellos odiaban a los cristianos. Impulsado por el odio étnico torturaron y mataron a millones de rusos, sin una pizca de remordimiento humano... Con sus manos manchadas de sangre, muchos de mis compatriotas sufrieron más horrendos crímenes que cualquier pueblo o nación alguna vez haya sufrido en la totalidad de la historia humana. No estoy exagerando. El bolchevismo ha llevado a cabo la mayor masacre humana de todos los tiempos. El hecho de que la mayor parte del mundo sea ignorante e indiferente sobre este enorme crimen es prueba de que la media mundial está en manos de sus autores." En sus ensayos más modernos sobre Rusia, hablaba cómo muchos exiliados ucranianos, irresponsablemente y en contra de la constitución histórica y etnocultural de su país, inyectaban la rusofobia en Estados Unidos, y la propaganda oficial angloamericana no cargaba contra el comunismo, sino contra los “rusos”, omitiendo que Stalin era georgiano y Jruschev ucraniano, y eso por no hablar de la responsabilidad de muchos líderes judíos o bálticos. Fue una tiranía internacional que se sirvió de Rusia, y que de hecho provocó el sufrimiento y la división del pueblo ruso, que aún padece una diáspora que alcanza a millones de personas desde la Europa Central al Extremo Oriente. Con todo, cuando hubo quien le reprochó a Solzhenitsyn el haber recogido un premio que le entregó Putin, quien había pertenecido a la KGB, él espetó que acaso Bush no había pertenecido a la CIA. Y se lo podíamos seguir preguntando a todos aquellos que siguen con el miedo de una KGB rediviva: ¿Es que acaso la CIA es mucho mejor?
Algunos incluso alertan con el paneslavismo… Y es que de verdad, que nos alerten con esto tras tres siglos de hegemonía angloprotestante barnizada de sionismo, ya provoca risa.
De todas formas, no entendemos por qué Putin habría de ser “fascista”, “tradicionalista”, “progresista”, “comunista”, o de cualquier tendencia de quien pretende comparar a su imagen y semejanza un mundo eslavo oriental que tiene unas características muy propias, Y muy surrealistas, que todo hay que decirlo. Hay quien lo critica por ensalzar el pasado histórico de Rusia, por introducir el Archipiélago Gulag de Solzhenitsyn en las escuelas, por habilitar la figura del zar Nicolás II; y también hay quien lo critica por ensalzar la “Gran Guerra Patriótica” con banderas rojas. Sobre lo último, yo desde luego tengo una opinión muy parecida a la de Solzhenitsyn, que no en vano es acaso el intelectual que más admiro de los que he “conocido”, y creo que “patriotismo” y “sovietismo” son términos que se repelen, y que en efecto, la tiranía roja era tan extraña para el pueblo ruso como la llegada de los nacionalsocialistas alemanes. Sin embargo, ¿qué tendría que hacer Putin para gobernar el país más grande del mundo? ¿Llamar a los sabios occidentales de las más diversas tendencias que coronan terapias de autoayuda presididas por cafés, copas y puros? Por supuesto que en Rusia habrá cosas que gusten y cosas que disgusten, eso es lógico; empezando porque Rusia no deja de ser un país inmerso en el sistema capitalista y donde todavía no se ha prohibido por ley el abominable crimen del aborto. Con todo, también es lógico que Putin, si quiere revitalizar a su país como potencia, hostilizado constantemente por Yanquilandia y su colonia la Unión Europea, aúne voluntades de grupos dispares, pero que por lo menos están dispuestos a entregar su vida por su patria. Por eso necesita una sociedad fuerte y por eso en Rusia se promocionan valores de verdad sin miedo a lo políticamente correcto, con todos los terribles problemas y contradicciones que haya; que no son menores que en los países occidentales. Y es que como dice el politólogo Alexander Duguin (4), al fin y al cabo Putin no tiene ideología porque en el espacio post-soviético esto se vino abajo. Con todo, por encima de sus convicciones, Putin es lo suficientemente listo para saber que si quiere levantar un país que es el puente entre Europa y Asia, no ha de hacer lo mismo que un Occidente que reniega de sus tradiciones y esencias, financiando desfiles del orgullo gay, extinguiendo las familias y abriéndose de par en par ante propios y extraños, y los extraños cada vez son más… Y Rusia para nosotros no es un extraño, y esto es una realidad histórica, cultural y hasta espiritual, por más que anticomunistas y rusófobos varios sigan empeñados en agitar el miedo y la paranoia. Y no olvidemos que todavía hay muchos ídolos de estos (franceses e ingleses principalmente) rusófobos de tres al cuarto, que dicen que Europa acaba en los Pirineos…

Para terminar, un desafío: A ver cuánto tardan los de siempre en decir que somos agentes de Putin o algo por el estilo. ¡Se admiten apuestas!


Imagen de en.wikipedia.org



NOTAS:

(1) Véase:

El misterio hispano-ruso. - Página web de fororusia - Jimdo


(2) Espero que al utilizar el término “anticomunista” no se confunda la postura de un servidor, que está en contra del marxismo y a mucha honra. Con todo, muchos han aprovechado el teórico estar contra el marxismo para otros fines. No es casualidad que el marxismo cultural de Gramsci y la Escuela de Frankfurt, cristalizado en Mayo del 68, haya calado más en Occidente que en Oriente. Al final, el anticomunismo no hace sino desanimar y agalvanar, ayudando a destruir; puesto que más allá de llevar la contra, se muestra incapaz de crear y luchar. Es por ello que para entendernos uso el término “anticomunismo”.
No obstante, viendo lo que fue y lo que está siendo el “anticomunismo”, y viendo a los progres de nuestro tiempo, al final va a acabar uno hasta nostálgico del bolchevismo.



(3) Véase al respecto:
https://www.facebook.com/photo.php?v=702112223174296&set=vb.428733140512207&type=2&theater



(4) Aclaro que en absoluto soy "duguinista", ni "evoliano", ni nada que se le parezca. Algo he escrito al respecto:

Apuntes hispánicos para Alexander Duguin

por Antonio Moreno Ruiz – Es una actitud muy conservadora eso de decir “hijo, tú no te destaques, no te signifiques”; o “no te metas en política”. Y es que …Sigue leyendo